La bicicleta ciertamente es una de las máquinas más perfectas que existen, son 150 años de historia de bicicletas al servicio de la humanidad, y nada hace pensar que no vendrán otros 150 más. Sin embargo, la bicicleta, como todo vehículo, tiene partes móviles que están sujetas a desgaste y deterioro con el tiempo y el uso.
Queremos ayudarte a poder mantener tu bici rodando suave y segura, y para eso te presentamos esta guía con pasos sencillos y efectivos
Almacenar tu Bici
Aunque suene raro, suele ser casi tan importante el lugar y la forma en que almacenas tu bici, como el cuanto y donde la usas. Trata de evitar a toda costa dejar tu bici constantemente expuesta al sol ya que la radiación UV causa un rápido deterioro a los puños, neumáticos y sillín, y en general a todas las partes de cuero y goma, además de a la pintura. Esto no es solo una consideración estética ya que el daño a los neumáticos y puños, puede generar problemas de seguridad.
La humedad puede generar algunos problemas, sobre todo en los cables y la cadena si la bici queda en un lugar con poca circulación de aire. Si vas a dejar una bici por tiempo prolongado expuesta a humedad, asegúrate de que la cadena esté bien lubricada para detener lo más posible el óxido.
Recuerda también que las bicicletas suelen llamar la atención de nuestros amigos cuadrúpedos, que prefieren los sillines y puños, y de los amigos de lo ajeno, que prefieren llevársela entera. Hazles a ambos la tarea un poco más difícil dejándola fuera de vista y acceso, y preferentemente asegurada a algo fijo.
Lubricación
Como regla general, la transmisión, y en particular la cadena, es la parte de la bici que requiere de lubricación periódica para funcionar correctamente. Varias otras partes de la bici contienen rodamientos que requieren de lubricación, pero en un periodo y forma bastante diferente a la cadena, ya que están separados del exterior.
Si tu cadena suena al pedalear, y al tacto la está seca (además de sucia), puede que le falte lubricación. Revisa también que no estés escuchando un sonido causado por roce de la cadena con alguna otra pieza de la bici, si no es así, estos son los pasos para lubricar tu cadena.
Lo primero es limpiar la cadena para soltar la mugre que atrae el lubricante de la cadena. Nosotros usamos un desengrasante específico para bicis, biodegradable y certificado para no causar daño a la pintura ni otros componentes de la bicicleta, pero puedes usar sin problemas un desengrasante de cocina (no horno) si tomas la precaución de salpicar lo menos posible al resto de la bici, y luego enjuagas con agua la zona. Aplica el desengrasante y lo dejas actuar un par de minutos, luego idealmente con una escobilla de cerdas tiesas, vas limpiando la cadena y las zonas de contacto de la cadena (platos, roldanas, piñones). Si no tienes un cepillo perfecto, puedes improvisar, la idea es quitar la mayor cantidad de mugre posible, un cepillo de dientes dado de baja es una excelente herramienta para esto.
Una vez que termines el paso del desengrasado, procedes a enjuagar y luego a secar la transmisión.
Ya con la transmisión seca y limpia, es hora de lubricar, para esto -por favor- no uses ni aceite de cocina ni de motor, quitan el ruido pero atraen tanta mugre y polvo que al poco andar, vas a tener la cadena recubierta en una pasta que desgastará mas rápido tu cadena. Los lubricantes de cadena de bicicleta vienen con un aplicador ideal para la tarea, y no atraen tanta suciedad como los que mencionamos antes, al aplicar, intenta dejar una delgada película sobre las articulaciones de la cadena, ni mas ni menos.
Limpieza
No es difícil mantener tu bici limpia con un poco de agua y elementos caseros básicos. Una manera rápida y fácil es simplemente manguerear, dejar estilar, luego aplicar lavaza con lavaloza y cepillo o esponja, enjuagar con manguera nuevamente, y luego secar. Intenta ir mojando desde arriba hacia abajo y no mojar más de lo necesario el centro de las ruedas y la dirección de la bici. Un poco de agua no le hará daño a tu bici, sobre todo si luego le quitas el exceso de agua. Si vas a usar una lavadora a presión, procura no acercar el chorro a menos de medio metro y se muy breve al apuntar a las áreas móviles de la bici.
Inflado
El problema mecánico número 1 de los ciclistas es, por lejos, el de neumáticos pinchados. La causa número 1 de ese problema es, por lejos, falta de presión de aire en los neumáticos. Una forma de evitar esto es que integres a tu rutina ciclista el chequear periódicamente la presión de tus neumáticos. Esto lo puedes hacer de varias formas, una es pasar por un servicentro y conectar la bici a la máquina de inflado de neumáticos, y ver qué presión llevas. Luego dale un par de semanas y repites, para ver cada cuanto tiempo puedes dejar antes que la presión baje demasiado. Otra forma es que con un buen bombín con medidor de presión, o en un taller, te inflen los neumáticos a la presión recomendada, luego tomas nota de cuanto puedes hundir el neumático con tus manos o con tu peso encima, luego, por ejemplo cada semana, revisas si sigues con una presión parecida a la que debes usar.
Cuál es la presión correcta? Esto depende de varios factores, tales como el tipo de terreno o calles en que andas, tu peso, y el tamaño del neumático. Para bicis con ruedas gordas (aprox 50mm de ancho del neumático), en calle, una presión de referencia es 40psi, para ruedas flacas (aprox 30mm) unas 60psi. Para bicis de niño (aro 24 y menos) una presión de referencia es 30psi y hacia abajo para los más chiquitos.